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viernes, 17 de febrero de 2012

Visión del cielo, purgatorio e infierno de Sor Faustina


EL CIELO

Sor Faustina Kowalska, la monja polaca beatificada por el papa Juan Pablo II vió el Infierno en 1936. Aquí está lo que cuenta en su Diario:

Visión del Cielo que tuvo Santa Faustina Kowalska en las revelaciones que le hizo Jesús Misericordioso. Puntos # 777 al 781 del Diario: La Divina Misericordia en mi alma:
"Hoy, en espíritu, estuve en el cielo y vi estas inconcebibles bellezas y la felicidad que nos esperan después de la muerte. 



Vi cómo todas las criaturas dan incesantemente honor y gloria a Dios; vi lo grande que es la felicidad en Dios que se derrama sobre todas las criaturas, haciéndolas felices; y todo honor y gloria que las hizo felices vuelve a la Fuente y ella entran en la profundidad de Dios, contemplan la vida interior de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que nunca entenderán ni penetrarán.
Esta fuente de felicidad es invariable en su esencia, pero siempre nueva, brotando para hacer felices a todas las criaturas. Ahora comprendo a San Pablo que dijo: Ni el ojo vio, ni oído oyó, ni entró al corazón del hombre, lo que Dios preparó para los que le aman.
Y Dios me dio a conocer una sola y única cosa que a sus ojos tiene el valor infinito, y éste es el amor de Dios, amor, amor y una vez más amor, y con un acto de amor puro de Dios nada puede compararse. Oh, qué inefables favores Dios concede al alma que lo ama sinceramente. Oh, felices las almas que ya aquí en la tierra gozan de sus particulares favores, y éstas son las almas pequeñas y humildes.
Esta gran Majestad de Dios que conocí más profundamente, que los espíritus celestes adoran según el grado de la gracia y jerarquía en que se dividen; al ver esta potencia y esta grandeza de Dios, mi alma no fue conmovida por espanto ni por temor, no, no absolutamente no. Mi alma fue llenada de paz y amor, y cuanto más conozco a Dios tanto más me alegro de que Él sea así. Y gozo inmensamente de su grandeza y me alegro de ser tan pequeña, porque por ser yo tan pequeña, me lleva en sus brazos y me tiene junto a su Corazón.
Oh Dios mío, qué lástima me dan los hombres que no creen en la vida eterna; cuánto ruego por ellos para que los envuelva el rayo de la misericordia y para que Dios los abrace a su seno paterno. Oh amor, oh rey.
El amor no conoce temor, pasa por todos los coros angélicos que hacen guardia delante de su trono. No tiene miedo de nadie; alcanza a Dios y se sumerge en Él como en su único tesoro. El querubín con la espada de fuego que vigila el paraíso, no tiene poder sobre él. Oh, puro amor de Dios, qué inmenso e incomparable eres. Oh, si las almas conocieran Tu fuerza".

EL PURGATORIO


Santa Faustina Kowalska, promotora de la festividad de la Divina Misericordia, tuvo una relación profunda con las almas del purgatorio. En su Diario recoge bastantes experiencias espirituales referentes a quienes viven en estado de purificación.

Estando de vacaciones en Skolimów, nos cuenta: "Vi al Ángel de la Guarda que me dijo que le siguiera. En un momento me encontré en un lugar nebuloso, lleno de fuego y había allí una multitud de almas sufrientes. Estas almas estaban orando con gran fervor, pero sin eficacia para ellas mismas; sólo nosotros podemos ayudarlas. Las llamas que las quemaban, a mí no me tocaban. Mi Ángel de la Guarda no me abandonó ni por un solo momento. Pregunté a estas almas ¿cuál era su mayor tormento? Y me contestaron unánimemente que su mayor tormento era la añoranza de Dios. Vi a la Madre de Dios que visitaba a las almas en el purgatorio... Ella les trae alivio. Deseaba hablar más con ellas; sin embargo mi Ángel de la Guarda me hizo seña de salir. Salimos de esa cácel de sufrimiento. [Oí una voz interior] que me dijo: Mi misericordia no lo desea, pero la justicia lo exige. A partir de aquel momento me uno más estrechamente a las almas sufrientes".
Desde su noviciado Sor Faustina tenía comunicaciones con almas en el purgatorio: "Cuando llegamos al noviciado, la hermana X. estaba muriendo. Unos días después vino la hermana ... y me mandó ir a la Madre Maestra y decirle que su confesor, Padre Respond, celebrara a su intención una Santa Misa y tres jaculatorias. Al principio consentí, pero al día siguiente pensé que no iría a la Madre Maestra, porque no entendía bien si había sido un sueño o realidad. Y no fui. La noche siguiente se repitió lo mismo pero más claramente; no lo dudaba. No obstante a la mañana siguiente decidí no decirlo a la Maestra. Se lo diría sólo cuando la viera durante el día. Un momento después la encontré [a aquella hermana fallecida] en el pasillo; me reprochaba que no había ido enseguida y mi alma se llenó de gran inquietud. Entonces fui inmediatamente a hablar con la Madre Maestra y le conté lo que había sucedido. La Madre dijo que ella lo arreglaría. Enseguida la paz volvió a mi alma y tres días después aquella hermana vino y me dijo: 'Dios se lo pague'." El valor de la Santa Misa a favor de las almas en pena es maravilloso. Las jaculatorias indulgenciadas también les sirven de alivio. Las almas del purgatorio ya no pueden merecer; nosotros, sí. Por eso, la Iglesia militante no puede desentenderse de la Iglesia en su estado de purificación definitiva.
Cualquier tipo de oración por las almas del purgatorio les sirve de ayuda y alivio. Nos cuenta en su Diario Santa Faustina: "En la víspera del día de los difuntos, cuando al atardecer fui al cementerio que estaba cerrado, entreabrí un poco la puerta y dije: Si desean, queridas almas, alguna cosa, la haré con gusto, dentro de lo que me permite la regla. Entonces oí estas palabras: Cumple la voluntad de Dios. Nosotras somos felices en la medida en que hemos cumplido la voluntad de Dios.
Por la noche aquellas almas vinieron y me rogaron orar; recé mucho por ellas. Mientras la procesión volvía del cementerio, vi una multitud de almas que junto con nosotras iban a la capilla, rezaban junto con nosotras. Recé mucho porque tenía el permiso de las Superioras".
Dios aplica según su santa voluntad las oraciones que se hacen por las almas que están en purificación: "Una vez, -nos dice Santa Faustina-, cuando entré en la capilla por cinco minutos de adoración y recé por cierta alma, comprendí que no siempre Dios acepta nuestras plegarias por aquellas almas por las cuales rogamos, sino que las destina a otras almas, y no les llevamos alivio en las penas que sufren en el fuego del purgatorio; sin embargo nuestra plegaria no se pierde".
La Iglesia militante, purgante y triunfante viven en estrecha unión como Cuerpo Místico de Cristo. Nos cuenta Santa Faustina: "Una noche vino a mí una de las hermanas difuntas que ya antes había venido algunas veces; la primera vez la vi en un estado de gran sufrimiento, después los sufrimentos eran cada vez menores y aquella noche, la vi resplandeciente de felicidad y me dijo que ya estaba en el paraíso; ... Luego se acercó a mí y me abrazó cordialmente y dijo: Tengo que irme ya. Comprendí lo estrecha que es la unión entre estas tres etapas de la vida de las almas, es decir, la tierra, el purgatorio, el cielo".
El purgatorio no es más que un proceso integrador y purificativo de la persona humana, que "desemboca necesaria e inevitablemnete en la consumación del hombre, es decir, en la visión intuitiva de Dios" Escribía así Santa Faustina: "2 de noviembre 1936. Por la tarde, después de las vísperas fui al cementerio. Después de rezar un momento, vi a una de nuestras hermanas que me dijo: Estamos en la capilla. Comprendí que debía ir a la capilla y rezar allí para adquirir indulgencias. Al día siguiente, durante la Santa Misa vi tres palomas blancas que se alzaron del altar hacia el cielo. Comprendí que no solamente estas tres almas queridas que había visto fueron al cielo, sino también otras muchas que habían muerto fuera de nuestro instituto. Oh, qué bueno y misericordioso es el Señor".
En la novena de la divina Misericordia según Santa Faustina Kowalska, el octavo día está dedicado a pedir por las almas del purgatorio: "Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi Sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por Mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi Justicia. Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre... Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren, ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi justicia".
Entre las limosnas del espíritu están también el ayuno y la obediencia. "Por la noche -nos dice Sor Faustina- vino a verme una de las hermanas difuntas y pidió un día de ayuno y que ese día ofreciera por ella todas las prácticas de piedad. Le contesté que estaba de acuerdo". "Inmediatamente después de la Santa Misa pedí a la Madre Superiora permiso para ayunar, sin embargo no lo recibí por estar enferma. Al entrar en la capilla oí estas palabras: '¿Si usted, hermana, hubiera ayunado, yo hubiera recibido alivio sólo esta noche, pero por la obediencia que le ha prohibido ayunar, he recibido el alivio inmediato. La obediencia tiene un gran poder'. Después de esas palabras oí: Dios se lo pague".
La oración era un recurso frecuente en Santa Faustina a favor de las almas del purgatorio: "Una noche vino a verme el alma de cierta jovencita y me hizo sentir su presencia dándome a conocer que necesitaba mi oración. Recé un momento, pero su espíritu no se alejó de mí. Entonces dije dentro de mí: Si eres un espíritu bueno, déjame en paz y las indulgencias de mañana serán para ti. En aquel momento, ese espíritu abandonó mi habitación; conocí que estaba en el purgatorio".


El INFIERNO

"Hoy, fui llevada por un ángel a las profundidades del infierno. Es un lugar de gran tortura; ¡qué imponentemente grande y extenso es! Los tipos de torturas que vi:
  1. La primera que constituye el infierno es la pérdida de Dios.
  2. La segunda es el eterno remordimiento de conciencia.
  3. La tercera es que la condición de uno nunca cambiará.
  4. La cuarta es el fuego que penetra el alma sin destruirla; es un sufrimiento terrible, ya que es un fuego completamente espiritual, encendido por el enojo de Dios.
  5. La quinta tortura es la continua oscuridad y un terrible olor sofocante y, a pesar de la oscuridad, los demonios y las almas de los condenados se ven unos a otros y ven todo el mal, el propio y el del resto
  6. La sexta tortura es la compañía constante de Satanás
  7. La séptima es la horrible desesperación, el odio de Dios, las palabras viles, maldiciones y blasfemias.

Éstas son las torturas sufridas por todos los condenado juntos, pero ése no es el extremo de los sufrimientos. Hay torturas especiales destinadas para las almas particulares. Éstos son los tormentos de los sentidos. Cada alma padece sufrimientos terribles e indescriptibles, relacionados con la forma en que ha pecado. Hay cavernas y hoyos de tortura donde una forma de agonía difiere de otra. Yo me habría muerto ante la visión de estas torturas si la omnipotencia de Dios no me hubiera sostenido.

Debe el pecador saber que será torturado por toda la eternidad, en esos sentidos que suele usar para pecar. Estoy escribiendo esto por orden de Dios, para que ninguna alma pueda encontrar una excusa diciendo que no hay ningún infierno, o que nadie ha estado allí, y que por lo tanto nadie puede decir cómo es.

Yo, Sor Faustina, por orden de Dios, he visitado los abismos del infierno para que pudiera hablar a las almas sobre él y para testificar sobre su existencia. No puedo hablar ahora sobre él; pero he recibido una orden de Dios de dejarlo por escrito. Los demonios estaban llenos de odio hacia mí, pero tuvieron que obedecerme por orden de Dios.

Lo que he escrito es una sombra pálida de las cosas que vi. Pero noté una cosa: que la mayoría de las almas que están allí son de aquéllos que descreyeron que hay un infierno. Cuando regresé, apenas podía recuperarme del miedo. ¡Cuán terriblemente sufren las almas allí! Por consiguiente, oro aun más fervorosamente por la conversión de los pecadores. Suplico continuamente por la misericordia de Dios sobre ellos.

Oh mi Jesús, preferiría estar en agonía hasta el fin del mundo, entre los mayores sufrimientos, antes que ofenderte con el menor de los pecados".

20 comentarios:

  1. El amor de Dios es lo mas grande que tenemos,sumerjamonos en su infinita misericordia hoy que tenemos vida,despues de la vida es justicia, no caigamos en la tentacion pensemos en el infierno para horrorisarnos de el y elegir el camino bueno, estemos siempre alerta de quien es nuestro adversario, el no duerme DIOS CON NOSOTROS QUIEN CONTRA EL

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  2. Solo Dios ha logrado llenar mi vida... y eso que aun me faltan pasos para estar completamente en su corazon y él en el mio... Dios quiera que ese momento llegue pronto para no ofenderlo nunca mas.... gracias Dios por este maravilloso día............

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    1. Señor Padre del cielo y la tierra, gracias por tu misericordia infinita, gracias por Sangre Sagrada de tu hijo Jesús derramada en la cruz por nosotros tus hijos....gracias por tu amor.
      gracias por nuestra Madre María Santísima...llena eres de gracias.

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  3. señor Jesús Misericordioso apiádate de todos los hombres ya que somos todos pecadores pido humildemente nos conviertas a tu amor Divino y muéstranos el camino. amen. te ´pido por todas las almas del purgatorio en especial por mi madre mi abuelita y mi abuelito. BENDITO Y ALABADO SEAS POR TODA LA ETERNIDAD. AMEN.

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  4. Por favor recemos por las animas del purgatorio, ellas son muy buenas y nos ayudan o nos protegen e incluso se aparecen cuando las llamamos y nos asisten, pero no pueden hacer nada por ellas, y necesitan de nuestras oraciones para salir del purgatorio.

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  5. Si debemos de rezar por las ánimas del purgatorio, Dios en ti confió te amo por sobre todas las cosas

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    1. CRISTO exorta al mundo que esta al borde del abismo , que la unica salvacion
      esta en echarse en los brazos de su DIVINA MISERICORDIA que traera
      PAZ , ORDEN Y FELICIDAD VERDADERA ....

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  6. Por favor Dios que todo lo escuchas ten piedad de nosotros, y guianos por el buen camino. Amen

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  7. que Bonito lo que nos Cuenta Santa Faustina y dejo anotado en el Diario la Divina misericordia,

    Santa Faustina Ruega por nosotros

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  8. Señor. Por tu dolora pasión. Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
    Te suplicamos por nuestas almas y por las almas del Santo Purgatorio, para que tengas misericordia de ellas y pronto las lleves al Cielo. Amén.
    María madre nuestra, intercede por las ánimas del Purgatorio y por nosotros.

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  9. Señor ten piedad y misericordia de todas las almas del purgatorio y de todos nosotros pecadores. Te alabamos, te bendecimos te glorificamos.

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  10. Hermoso, hay que rezar por todas las almas del purgatorio, Tenemos la maravillosa facultad de ser escuchados por Dios al orar por ellos, hagamoslo ayudemos a las almas a llegar al paraiso.

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  11. tengo miedo de haber blasfemado contra el espiritu santo y lo peor es que siento que Dios no me responde como antes no soy feliz y siento que me e endurecido aunque soy y hago lo mejor que puedo

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    1. No tengas miedo hermano porque el pecado contra el Espíritu Santo consiste, en la negación de parte de la persona, a aceptar la salvación y el perdón dados por Dios. Más bien ten cuidado de que el demonio no te esté tentando con esos miedos para provocarte desesperación. Si haces lo mejor que puedes no hay de que preocuparte, ama a Dios con lo que tienes y acércate a la Iglesia.

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  12. Señor,perdona nuestros pecados ´preservanos del fuego del infierno, lleva a tadas las almas al Cielo,especialmente a las más necesitadas de vuestra misericordia.
    Santa María,madre de Dios ruega por mis abuelos, ya fallecidos, y por nosotros para encontrarnos en el Cielo.

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  13. Tenemos que entender que la misericordia de Dios esta siempre presente siempre y cuando queramos voluntariamente recibirla con amor, bajo ninguna circunstancia nos podemos separar de él amor de Dios, en nuestra vida diaria Demos a conocer él reino de los cielos para que agrademos al Señor.

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